LA ORZA TRADICIONAL PARA ALIÑAR ACEITUNAS
Las tinajas acompañan a los seres humanos desde el neolítico. Con la invención de la agricultura surgieron nuevas necesidades como la de almacenar los excedentes que producía la explotación de la tierra. Al mismo tiempo se crearon los métodos de conservación como el encurtido, el torrefactado, salazón, secado o ahumado. Y es que la conservación era fundamental para el abastecimiento en épocas de carestía. Asimismo, el acopio de estos bienes de consumo comenzaba a crear diferencias sociales conformando las primeras clases dirigentes de la historia de la humanidad.
Hemos evolucionado bastante desde el neolítico, pero la orza sigue siendo un objeto inalterable. Quizás tengan mejor línea, acabados más finos ... pero su uso sigue siendo el mismo. Aunque hoy las orzas tradicionales han adoptado un valor icónico que las convierte en objetos ideales para decoración, nuestros clientes mayoritariamente se decantan por el uso práctico preparando aceitunas cada año después de la cosecha.
Para fabricar una orza debemos elaborar la arcilla, darle forma, secarla, cocerla, esmaltarla y cocer de nuevo. Hay que controlar todo el proceso para que el resultado final sea de calidad y el aspecto de la pieza nos recuerde a las piezas tradicionales como las de la casa de la abuela.
En nuestra web puedes comprar nuestras orzas tradicionales de Agost, en sus modalidades normal o chata.
